La mujer fue, desde sus primeros tiempos, una constante en la obra de José Borobio. Aunque con el tiempo fuera diversificando sus temas, mayormente se trataba del retrato de la mujer en una sociedad transformada.
Tras la Primera Guerra Mundial, nació en Europa una nueva mujer representada como símbolo de una sociedad transformada: la Eva moderna, que sale de su casa para participar en la vida de la ciudad. Desde los primeros años de su estancia en Madrid, José Borobio se unió a esta corriente y la representó en sus dibujos.
En sus distintos retratos las mujeres realizan infinidad de actividades, desde practicar deportes hasta conducir modernos automóviles. En ocasiones se mostraban como charlestónicas señoritas estilizadas y elegantes, viva muestra de la moda de los años veinte. Otras veces, las enmarcaba en ambientes íntimos sofisticados en actitud serena.
A través de sus dibujos, ejecutados en tinta y gouache sobre papel blanco, se pone de manifiesto la evolución de la moda a inicios del siglo pasado.
Durante los primeros años, mujeres sofisticadas aparecen con faldas por debajo de la rodilla, vestidos cilíndricos y una variada gama de sombreros y tocados.
También evolucionó su peinado, acorde con los tiempos, caracterizado por una melena corta que favorece la belleza del rostro.
Al final de los años 20, aparece un nuevo estilo: el ideal erótico era el andrógino y las chicas en su afán por parecerse a los chicos, adoptaron un estilo que disimula lo más posible las curvas propias del cuerpo de la mujer. Las faldas se acortaron hasta límites nunca antes sospechados y, por si fuera poco, cortaron su cabello en el llamado corte “a la garconne”.
Hacia los años 30, esta moda fue retrocediendo. Las faldas se alargaron de nuevo y la cintura volvió a su sitio. La moda se relacionó con las corrientes artísticas de vanguardia: el cubismo, el constructivismo, el futurismo.
Pero fue sobre todo el cubismo principalmente el que mayor incidencia tuvo, tanto en los estampados de telas y tapicerías, como en la decoración de los interiores, las mesas, los cojines, las lámparas o los floreros.
Otras veces sus dibujos representan mujeres parodiando a las estrellas de cine del momento con musculosos brazos y poderosas piernas. O bien rememorando las canciones en boga en esa época.
La moda, por tanto, fue un factor importante en la configuración de la imagen y personalidad de la nueva Eva.
En ocasiones, sus dibujos representan mujeres parodiando a las estrellas de cine del momento con musculosos brazos y poderosas piernas, o en actitudes desenfadadas que contrastan con las delicadas y sofisticadas mujercitas de los años veinte. En otras rememora las canciones en boga de esa época. La técnica utilizada en estos dibujos es tinta y gouache sobre papel blanco.